Esta semana queremos compartir con vosotros otra reflexión y un artículo recién publicado en British Journal of Anaesthesia (2025): el ensayo clínico IMPAKT-ERAS, que evaluó el uso de ketamina en un protocolo ERAS en cirugía abdominal.
Beloeil H, et al. Impact of Perioperative Ketamine within ERAS pathways for Abdominal Surgery (IMPAKT-ERAS): a pragmatic, multicentre, double-blind, randomised controlled trial. Br J Anaesth. 2025.
👉 https://www.bjanaesthesia.org/article/S0007-0912(25)00508-2/fulltext
En el estudio se compararon dos grupos de pacientes: ketamina vs placebo. En el grupo de ketamina se utilizaron dosis altas en comparación con la mayoría de protocolos de anestesia multimodal: bolo 0,5 mg/kg, infusión intraoperatoria de 5 µg/kg/min (≈0,3 mg/kg/h) y perfusión postoperatoria de 2,5 µg/kg/min (≈0,15 mg/kg/h) durante 48 h.
Todo ello en pacientes que además recibían bloqueo neuraxial o regional, lidocaína i.v., paracetamol, ketorolaco, gabapentina, metadona y TIVA con propofol para BIS entre 40–60, dentro de un protocolo ERAS multimodal.
¿De verdad es necesario tanto? ¿Y un BIS 40–60 cuando usamos ketamina?
Con este esquema, lógicamente, no se redujo la estancia ni el consumo total de opioides y aparecieron más efectos adversos en el grupo de ketamina: alucinaciones, vértigo incapacitante e incluso más ingresos en UCI.
Muchos recordaréis el ensayo POFA (Anesthesiology, 2021), donde el mensaje contundente fue, en este caso, contra la dexmedetomidina, hasta el punto de que el estudio se suspendió por varios episodios de asistolia.
Hoy el paralelismo es evidente: mensajes muy fuertes, ahora con la ketamina, en un contexto ya cubierto con anestesia regional y otros fármacos, y donde el manejo de la hipnosis con monitorización cerebral (BIS) es, cuanto menos, cuestionable.
¿Y cómo se manejó en este caso la hipnosis? ¿Solo con el índice? Todos sabemos que la ketamina eleva el valor de BIS, por lo que si el target fue 40–60, probablemente el problema radicara en las altas dosis de otros hipnóticos y no en la ketamina en sí.
¿Lo bueno? Volvemos a la gran necesidad de interpretar correctamente la monitorización de la hipnosis (EEG crudo y DSA) y de mantener una visión crítica al analizar este tipo de estudios.
¿Lo malo? El riesgo de extrapolar estas dosis y estos mensajes a la práctica clínica diaria, olvidando que muchos protocolos efectivos de anestesia multimodal, como el de Emery Brown & Marusa Naranjo (Anesth Analg. 2018) o el de Víctor Navarrete (J Clin Monit Comput. 2024), usan rangos más bajos (0,1–0,25 mg/kg/h intraoperatorias), sin perfusiones postoperatorias.
👉 Os animo a todos a leerlo y a compartir vuestra opinión.
¿Creéis que tiene sentido mantener una perfusión de 48 h de ketamina si todos los pacientes ya llevan epidural o TAP?
¿Dónde pensáis que estuvo el verdadero problema en este estudio?
Podéis contestar a este email, os leemos con atención y os esperamos en las Jornadas de Anestesia Multimodal Madrid 2025, donde debatiremos sobre este y otros protocolos más prácticos y sobre el uso racional de ketamina, dexmedetomidina y lidocaína en ERAS y OFA.
🔥 Las jornadas se celebrarán del 23 al 25 de octubre en el Hotel Rafael Atocha (Madrid).
⚡️ Las plazas son limitadas y en septiembre están volando.
👉 Inscríbete ya y asegura tu lugar: https://anestesiamultimodal.com/
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